El lunes 14 de octubre se celebró el seminario “Hacer frente a la violencia y a la inseguridad ciudadana en América Latina y el Caribe” en el marco del ciclo que organizan Fundación Carolina y Casa de América “Diálogos con América Latina“. El acto, moderado por Juan Pablo de Laiglesia, secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe en funciones (SECIPIC), contó con la participación de Francisco Rojas Aravena, rector de la Universidad para la Paz (UPAZ) de Naciones Unidas, y Erika Rodríguez, coordinadora del panel de América Latina de la Fundación Alternativas.
Este seminario giró en torno a uno de los principales componentes del Objetivo de Desarrollo (ODS) 16, la paz, la seguridad y la erradicación de la violencia en todas sus formas, que por su alta incidencia condiciona en muchos países de América Latina y el Caribe al conjunto de la Agenda 2030 y a las mismas bases de la convivencia, el Estado de derecho y la vida democrática.
Juan Pablo de Laiglesia, destacó que el ODS 16 entraña toda la problemática de metodología y aproximación conceptual de la Agenda 2030: “Es un prerequisito para el cumplimiento del resto de ODS”. La violencia y la inseguridad ciudadana son una afrenta al desarrollo sostenible. A lo largo del seminario, se trataron temas como los homicidios (las tasas más altas se dan en América Latina y el Caribe), el crimen organizado, la corrupción, el tráfico de drogras, el acceso a las armas, las rutas migratorias, la polarización regional, el papel de la cooperación internacional, así como de la debilidad institucional y de la importancia de la democracia en la región.
Francisco Rojas habló del Informe de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2019 de Naciones Unidas, que respecto al ODS 16 dibuja un panorama poco esperanzador, ya que destaca que “en los últimos años, no se ha hecho ningún avance importante que contribuya a poner fin a la violencia, promover el estado de derecho, reforzar las instituciones en todos los niveles ni aumentar el acceso a la justicia”. Además, entre otros temas destacó que en muchas zonas de América Latina, el Estado no tiene presencia, y que uno de los factores de éxito para terminar con la violencia es: “Más y mejor gobierno local y más y mejor gobierno nacional, porque ello es lo que permite más democracia”.
Por su parte, Erika Rodríguez destacó que “la violencia es un mecanismo de exclusión social. El Estado es partícipe y se beneficia de la violencia en América Latina. Es un “orangután con chaqué”. También subrayó que “urge pensar para el largo plazo, ya que la política de mano dura no ayuda”, añadiendo que “no hay fórmulas mágicas: el problema de la violencia es multifactorial e intergeneracional.”
Álbum de fotos y vídeo:
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