La quinta y última sesión del Programa Liderazgo Público Iberoamericano, celebrada el 10 de noviembre, trató sobre «Construcción de futuros». En ella intervinieron, Diego Rubio, director de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia País a largo plazo de la Presidencia del Gobierno de España, Lorena Boix, directora de Planificación e Implementación de Políticas Digitales de la Comisión Europea, Manuel Muñiz, secretario de Estado de la España Global y José Antonio Sanahuja, director de Fundación Carolina. Como moderadora Cecilia Güemes, profesora de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid.
Comenzó Cecilia Güemes, con un resumen de los temas que se han tratado a lo largo de las cuatro sesiones anteriores, como son, los desafíos para la democracia que ha supuesto la crisis de la COVID-19 y todo lo que ha generado a nivel social y comentó que entre otros temas de rigurosa actualidad, también se habló de, teletrabajo, inteligencia artificial, Big Data, Blockchain, Fake News, desinformación, redes sociales, ciberseguridad, geopolítica… para llegar a la conclusión, de que uniendo todos estos aspectos que nos influyen en nuestra sociedad actual, es necesario la construcción de nuevos futuros.
Diego Rubio, nos habla de cómo el ser humano ha ido evolucionando a través de los años, en los que daba una mayor importancia a las amenazas más inmediatas, como los peligros en la selva, las infecciones… a las amenazas futuras, nuestra mente está diseñada para priorizar los beneficios inmediatos frente a los beneficios futuros, por eso «las instituciones sociales y los Estados modernos, surgieron precisamente para mitigar esa inclinación natural hacia el corto plazo y así poder velar por los intereses de la sociedad en el futuro. En las últimas décadas, el cambio tecnológico, la hiperconectividad y la aceleración del ciclo informativo, han hecho que los horizontes políticos de la mayoría de las democracias, se hayan recortado drásticamente. Los gobiernos de hoy están sometidos a un flujo frenético en el que la actualidad apenas dura unas horas o unos pocos días. Para tomar buenas decisiones, las democracias necesitan tiempo de debate y deliberación, y cada vez tienen menos tiempo para eso. La táctica se impone a la estrategia y lo urgente a lo importante, esto provoca muchos problemas».
A continuación, Lorena Boix enfoca la ponencia en su experiencia personal en la Comisión Europea, en materia de financiación y legislación. Sus comienzos fueron en la Unidad de Regulación del Ámbito Audiovisual, cuya misión era legislar todo el contenido audiovisual de las televisiones. Entonces no existían las plataformas Google, Netflix… por lo que tuvo que reformar toda la directiva y actualizarse. «Hay que intentar imaginar posibles nuevos futuros y ver cual es el impacto que van a tener, esto ayuda a preparar una buena legislación. Ya teníamos preparado un programa con acciones en materia de conectividad, en el ámbito de la inteligencia artificial, los datos y las plataformas digitales y entonces la COVID-19 nos adelantó el futuro. De repente todos estábamos conectados y pudimos comprobar que sin las tecnologías, las consecuencias de la COVID-19, habrían sido peores. La conectividad nos permitió seguir trabajando, en contacto con nuestros familiares y seguir con la educación en los colegios, para que nadie se quedara fuera de todo ámbito. La ciberseguridad se convirtió en otro tema urgente, debido a la vulnerabilidad de hospitales y centros de investigación farmacéutica que sufrieron ciberataques. Los datos pasan a tener una gran importancia ya que sirven para analizar el efecto de las medidas sanitarias, para saber cómo evoluciona la pandemia y para la creación de las apps necesarias. Con la inteligencia artificial se hicieron diagnosis y con robots se limpiaron centros médicos sin exponer ninguna vida humana. Con las plataformas digitales se potenció la desinformación y en el tema de la COVID-19, esto puede ser muy peligroso. Hemos tenido un test real sin esperárnoslo y nos ha servido para readaptar tanto las políticas legislativas como de financiación».
Manuel Muñiz, reflexiona sobre el impacto de la transformación tecnológica y la aceleración de la transformación social en nuestras sociedades y en nuestros gobiernos. «En estos momentos se está redactando una estrategia de Acción Exterior y una estrategia nueva, que va a ser la de Tecnología y Orden Global, que se recogerá en un único documento». Nos habla de la transformación tecnológica como una nueva dimensión de poder internacional y de colisión de intereses, a través del ciberespacio, en las redes sociales, en las redes de datos, de 5G, de la Inteligencia Artificial o en el espacio de nuevas armas defensivas u ofensivas. Todos estos factores van a ser determinantes en el poder internacional. El derecho a la información es importantísimo y está bajo presión y tensión en esta era. Se da un fenómeno doble, que es el ascenso de las redes sociales y su preponderancia cada vez mayor en el debate público, en el que dichas redes, no son responsables de la información que distribuyen, sino que son meros canales, pero no están sujetas a ninguna regulación como los medios de comunicación tradicionales, aunque prioricen contenidos, fuentes de información, sugieren personas a seguir… se deberían regular sus competencias y exigirles veracidad en sus publicaciones. La privacidad, además de la protección a la ciudadanía de las estrategias de monitoreo, también necesitan regulación. La combinación de Big Data, de Inteligencia Artificial y de ciencias del comportamiento, están empezando a producir un entorno en el que dar forma a este comportamiento, tiene una frontera cada vez más endeble, por lo que estas herramientas de vigilancia, se convierten en herramientas de asalto a las propias personas. Por último resalta, que la economía digital plantea varios retos, el primero es el que produce una enorme concentración geográfica del talento, de la transformación digital y del emprendimiento. Se puede ver en algunos países, que hay zonas en las que se concentran el 90% del empleo. Otro reto es la concentración de productividad en un número muy concreto de empresas, que genera un problema de libre competencia, al igual que la fiscalización de la actividad digital. El reto de la desigualdad es un tema complejo y amplio. Se están creando empleos de alta y baja cualificación, pero los empleos medios o rutinarios están desapareciendo en todas las economías avanzadas. «Hay que introducir políticas innovadoras en competencia, en fiscalidad, en educación… sino, este proceso de transformación tecnológica nos romperá el contrato social».
Tras las intervenciones de los ponentes, las 18 personas que participan en la IV edición del programa, expusieron sus impresiones y preguntas, generándose un enriquecedor debate.
Para terminar, José Antonio Sanahuja, recordó uno de los propósitos de este Programa, que «pretende reunir a un conjunto de altos funcionarios del ámbito iberoamericano para tener un espacio de reflexión y debate, además de promover el conocimiento mutuo y generar redes entre quienes están en la alta Función Pública. Este intercambio de experiencias y buenas prácticas es una de las funciones que desarrolla Fundación Carolina en el ámbito de la Diplomacia Pública, además de su implicación en la Cooperación al Desarrollo con Iberoamérica, a través de la Acción Exterior, el Ministerio de Asuntos Exteriores y la secretaría de Estado. Este Programa se fundamenta en el carácter público-privado de la Fundación porque se realiza con el apoyo y participación directa de dos de nuestros patronos, como son BBVA y Telefónica. Hasta ahora, el Programa se venía haciendo de forma presencial y esperamos recuperar este formato en el futuro, para poder tener ese otro componente más informal en el que podamos agasajar con nuestra hospitalidad y gastronomía a todos los participantes. Aunque la COVID-19 no nos ha permitido reunirnos personalmente, no hemos querido dejar pasar la ocasión de celebrar este Programa». Resalta también, que quizás no se hayan obtenido todas las repuestas a los interrogantes que se han planteado durante las cinco sesiones, pero espera que el Programa haya cumplido sus objetivos. «Fundación Carolina desea que a través de la página web y de la Red Carolina, se siga manteniendo el contacto entre todos y cada uno de los que han participado».
Finaliza dando las gracias a la moderadora Cecilia Güemes, al igual también que a todos los ponentes de esta edición, a los patronos BBVA y Telefónica y a los participantes por sus aportaciones. ¡Hasta la próxima edición!.