Entrevistamos a Gerardo Herrero, director del Curso de Desarrollo de proyectos Cinematográficos Iberoamericanos, impartido en la Casa de América en Madrid, y que forma parte de la oferta académica de la convocatoria de becas de Fundación Carolina. Hablamos con él, entre otras cosas, de cuál es la clave del éxito de este curso que lleva realizándose desde 2003 , de las novedades de la 19ª edición, y de cómo ha afectado la pandemia al sector cinematográfico y audiovisual.
¿Qué es lo que crees que ofrece este curso para que tenga tanto éxito
El curso tiene gran éxito porque muchos de los guiones realizados, más de un 30%, se convierten en películas. Requiere esfuerzo conseguir la financiación para poder dedicarle tantas semanas de trabajo a los guionistas y a los tutores, y que se hagan buenos proyectos que puedan convertirse después en películas. Creo que ese es el motivo por el llevamos tantas ediciones Supongo que si no fuera así, no seguiría. Se pueden encontrar muchos talleres que se hacen en muy pocos días , pero yo creo que eso no vale para un guion; un guion necesita mucho tiempo de trabajo, de elaboración, de reescritura, y hay que saber enfocar a los jóvenes cineastas de España y de América Latina para que puedan encontrar un camino que les lleve a convertir su proyecto en película.
¿Hay alguna novedad en esta 19º edición?
Sí, hemos incluido las series de televisión; nos parecía que tenían que estar, que era imposible en estos tiempos en el que cada vez se hacen más series, que además tienen tanta capacidad de generar trabajo…debían estar en el curso. No ha sido fácil porque suponía aumentar el número de proyectos, conseguir más dinero, etc., pero lo hemos logrado y en esta edición va a haber varias series que van a tener asesoría y que ojalá se lleguen a realizar.
¿Cuál es la situación actual del cine en Iberoamérica tras la pandemia?
El cine en general está muy tocado. Tanto las salas como las películas han resultado muy afectadas. Por otro lado, la pandemia ha producido un boom de las plataformas en las que han crecido mucho los números de espectadores y visionados, y en ese aspecto sí se ha generado trabajo. Pero por otro lado, las salas de cine han sufrido un daño que esperemos no sea irreparable: la asistencia del público llegó a bajar un 90% ; ahora está en el 65-70%, y eso son muchos espectadores. Esperemos que las salas de cine puedan continuar, ya que algunas están en mala situación económica, Esperemos que el espectador vaya regresando a las salas; si no en el mismo número que había antes de la pandemia, al menos que vaya creciendo poco a poco. Desde luego, donde mejor se ve una película es en una sala de cine: la concentración, la dedicación, el foco que pone un espectador en una sala sin el teléfono, sin los familiares que te interrumpen, sin los vecinos que llaman a la puerta, el teléfono sonando…en fin, no tiene nada que ver con una sala de cine. Lo bueno es que coexistan ambos modelos: las plataformas y las salas ,y que continúen colaborando juntos. Y esto ocurre tanto como espectador y como cineasta, ya que afecta a la parte creativa; es diferente la forma de mirar y de ver una película en una sala y en una plataforma.
¿Cómo crees que el quehacer artístico, el cine, la cultura puede aportar valor social?
El cine es el reflejo de la sociedad; es a través del audiovisual como se percibe el reflejo más nítido, mas claro. Socialmente tiene mucha influencia, hay una enorme cantidad de personas que ven películas y series, y esto hace que influya hasta en la propia evolución de la sociedad. Además, también lleva a la reflexión; hay infinidad de películas que te sirven para pensar el mundo, para pensar en tu sociedad, para conocer parte de tu pasado, de tu historia, para pensar cómo puede ser el futuro. Hay tantas miradas que a través del cine y del audiovisual pueden explicar y explorar una sociedad, en fin, no hay duda de la importancia social que tiene el audiovisual.