¿En qué medida ha ido variando el discurso de género en Europa los últimos años? ¿Cómo se ve interpelado ese discurso en un momento en el que los movimientos anti-derechos ganan relevancia política?
El proyecto feminista en Europa en la última década ha desarrollado una agenda que aborda áreas fundamentales para conseguir la igualdad, tanto a nivel de movimientos como de actores institucionales, gracias a las alianzas feministas entre estos actores, y también con el feminismo académico. Entre los temas clave han estado la acción y las políticas en contra de las violencias de género, la igualdad laboral, la aplicación de la transversalidad de género en todas las políticas públicas, los cuidados, los derechos sexuales y reproductivos, la igualdad en la representación política de las mujeres, y la igualdad en la ciencia e investigación. La agenda feminista está experimentando actualmente una oposición por parte de movimientos y partidos políticos anti-género, que han crecido exponencialmente y que atacan directamente los derechos de las mujeres y personas LGTBIQ*, así como de personas racializadas. Los ataques de estos movimientos y partidos anti-género tienen efectos tangibles en los derechos democráticos de igualdad: deslegitimando las políticas de igualdad, recortando derechos y fondos para políticas de igualdad y para organizaciones feministas, destinando estos fondos a asociaciones anti-género, desmantelando las políticas de igualdad o reestructurando las instituciones de igualdad transformándolas en instituciones en defensa de la familia tradicional. Los ataques a la igualdad son ataques a la democracia, a los derechos democráticos. Esta oposición es uno de los principales retos que tiene actualmente el proyecto feminista, tanto en Europa como a nivel global.
¿Cuáles son los principales logros y conquistas para los feminismos europeos en los últimos años? ¿Cuáles han sido sus fracasos más dolorosos?
En los últimos años en Europa, y a nivel global, los movimientos feministas se han movilizado de forma masiva en ocasión de las Huelgas Feministas y Marchas de Mujeres de 2017, las protestas de #MeToo en 2018 y Black Lives Matter en 2020, reivindicando el carácter público y político de temas como las violencias de género y raza, la desigualdad laboral o los cuidados, y dando cada vez más visibilidad a los temas de género. En cuanto a derechos, ha habido avances feministas importantes en derechos sexuales y reproductivos, en violencia, o en política. Entre estos, el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo han sido legalizados en Irlanda, ha crecido el número de países Europeos que han ratificado el Convenio de Estambul para prevenir y luchar en contra de las violencias de género, ha crecido, aunque muy paulatinamente, la representación política de las mujeres en la región, estamos a 31% de mujeres según la IPU, hay alguna experiencia de gabinetes paritarios, por ejemplo en Finlandia y en España, y por primera vez tenemos a una Presidenta de la Comisión Europea.
Queda mucho por hacer. La igualdad económica y en el reparto de los cuidados es una asignatura pendiente. Seguimos teniendo una brecha salarial de género de un 14% en la Unión Europea, no se está integrando una perspectiva de género en las políticas económicas de manera sistemática, como ha quedado patente en el plan europeo de recuperación del Covid19, y las políticas de cuidados no han cambiado todavía el reparto de los roles de género, siendo las mujeres las que siguen realizando la mayoría de las tareas de cuidado de las personas menores de edad, mayores y dependientes. También hace falta implementar políticas públicas que apliquen una visión interseccional entre las diferentes desigualdades, de género, raza, origen étnico, clase social, edad, sexualidad, diversidad funcional, para abordar de una manera más integral el problema de la desigualdad y las marginaciones y privilegios que se producen.
Ahora el reto es no solamente el de avanzar en las políticas de igualdad, sino defender la democracia y la igualdad de género de los ataques que se están realizando en diferentes países europeos por parte de movimientos y partidos políticos anti-género, activos en toda Europa, y que han tenido efectos perjudiciales para la democracia y los derechos de las mujeres y personas LGTBIQ* en Hungría, Polonia, o Italia, entre otros.
¿Cuáles son los temas que centran la agenda de género hoy y en el futuro próximo en Europa o España?
Me parece importante tanto seguir avanzando en los retos clásicos de áreas clave para la igualdad como la economía, los cuidados, la política, la violencia, la sexualidad, y la ciencia/educación, como enfrentarse a los ‘nuevos’ retos que tienen que ver con los ataques a la democracia y la igualdad por parte de movimientos anti-género y partidos de ultraderecha. Estos últimos amenazan temas feministas centrales como la autodeterminación, los derechos civiles, vidas libres de violencia, y la igualdad laboral, en los cuidados, y en política. Por lo tanto, desarrollar estrategias feministas para reaccionar a estos retos y seguir trabajando en la democratización de las sociedades me parece crucial. Hoy y en el future próximo creo que la agenda feminista se centra tanto en resistir a estos ataques como en seguir construyendo proyectos de sociedad, de política y de políticas inclusivos y que pongan el cuidado de las personas y del planeta en el centro. En este sentido las alianzas feministas y con todos los actores que defienden la igualdad y la democracia, en la sociedad civil y las instituciones, son imprescindibles tanto para la resistencia como para la construcción.
Las cuotas fueron los instrumentos clave para lograr representación en espacios de poder, más allá de ellas, ¿qué otras herramientas de políticas públicas se están priorizando para alcanzar una representación sustantiva?
Las cuotas de género en política siguen siendo fundamentales para asegurar la presencia de las mujeres en las instituciones. Pero es imprescindible que las instituciones se transformen en espacios igualitarios, más inclusivos y democráticos. Para ello son necesarias medidas de promoción activa de la igualdad como las acciones positivas y el mainstreaming de género. Las iniciativas de construcción de parlamentos sensibles al género, que se han desarrollado en Suecia o Reino Unido, y que empiezan también en España en el ámbito autonómico, van en esta dirección, con la adopción de planes de igualdad en los parlamentos, protocolos contra el acoso sexual y sexista, normas para garantizar la paridad de género en posiciones de responsabilidad y medidas de corresponsabilidad en el cuidado.
¿Podrías recomendarnos y compartirnos las referencias a libros de literatura, series, películas, obras de teatro que te hayan gustado y en donde las problemáticas actuales del feminismo se vean retratadas?
De las novelas de los últimos años que me hayan gustado especialmente diría La amica estupenda de Elena Ferrante, que relata historias de amistades de mujeres entre desigualdades de género y socioeconómicas, en contextos de fragilidad democrática por el poder de las mafias como los del sur de Italia. Recomiendo las películas Figuras Ocultas, sobre las científicas de la NASA que han quedado por demasiado tiempo silenciadas por la historia, y Sufragistas, sobre el movimiento por el derecho de voto de las mujeres. En cuanto a series, Borgen, sobre la primera ministra danesa, nos ofrece un retrato fascinante de lo que significa ser una mujer política hoy en el complejo entramado de poder político, económico y mediático. Y no quiero terminar sin mencionar dos novelas gráficas estupendas, La mujer rebelde, sobre la luchadora por los derechos sexuales y reproductivos Margaret Sanger, y Sally Heathcote: Sufragista.