Borde[1] nace en 2012 desde la necesidad de acercar la ciudadanía digital[2] a las personas legisladoras, diputadas, diputados, senadores y senadoras que ocupan lugares de representación política dentro del Congreso Federal Mexicano.
Borde alude a esa línea que divide al representante del representado, y que solo se diluye en la elección para después marcar un abismo de distancia. Nuestra intención fue generar un ranking de desempeño legislativo que tradujera toda esa enorme cantidad de información que habita las páginas oficiales del Congreso, para darle narrativa y un sentido accesible para que las personas demos seguimiento a quienes elegimos pero no volvemos a ver hasta la elección siguiente.
El primer fracaso fue pensar que llegarían miles de personas a querer interactuar con nuestra plataforma; llegaron pero se fueron, porque la ciudadanía y la rabia es intermitente en un país como México, y me atrevo a sugerir que en cualquier lugar del mundo.
También nos dimos cuenta de que más de la mitad de las personas en el Congreso no pasaba la media de la calificación del 0 al 100. Los perfiles que destacaban eran en su mayoría las personas clave y con peso y trayectoria política. No nos sorprendió que las mujeres ocuparan los más altos puntajes de esos perfiles destacados. Claro que el trabajo legislativo es complejo y tiene muchas aristas, pero este primer paso sí nos daba un esbozo sobre el panorama de nuestro Congreso.
Lamentablemente, al presentar la evaluación en Senado en el año 2017, sufrimos un ataque cibernético[3] y hasta la fecha ha sido complejo recuperarlo, en gran medida por la falta de una política de datos abiertos legislativos que nos permita realizar la evaluación de todas las variables que componen el ranking. Sin embargo, seguimos trabajando en la apertura del Congreso y de las personas legisladoras a un paradigma de democracia participativa y colaborativa usando tecnologías de la información, así como dando seguimiento a las reformas y al trabajo legislativo, apoyando a diversas personas que cuentan con liderazgos que quieren innovar en la co-creación legislativa.
Las elecciones de 2021 fueron cruciales para la participación política de las mujeres debido a dos reformas, la de paridad constitucional y el paquete de leyes para prevenir y sancionar la violencia política en razón de género en contra de las mujeres. Ya en Borde veníamos observando cómo las mujeres son excluidas de los órganos de decisión política del Congreso. Sí, han sido dos legislaturas paritarias, pero seguimos sin ceder esos espacios a mujeres con otras agendas. Es así que nos pareció fundamental acompañar a las mujeres candidatas a través de un chatbot de denuncia de violencia política.
Se sabía que mientras más espacios se abrieran para las mujeres desde los lineamientos y sentencias de las autoridades electorales, la violencia de los partidos políticos —tanto del mismo color, como de los opositores, la prensa y la delincuencia organizada— aumentaría. Es así como nació Ela Alerta, la chatbot de denuncia que acompañaba a las candidatas y al final les generaba el documento de denuncia para la instancia administrativa electoral. Asimismo, revisamos las sentencias del tribunal y vimos que los casos de violencia van en aumento y que las mujeres requieren de acompañamiento, no solo para lograr una candidatura dentro de sus partidos, sino incluso si ganan, puesto que la violencia aumenta en el ejercicio del cargo.
La paridad constitucional y la tipificación de la violencia política en razón de género son dos reformas clave para garantizar los derechos político-electorales de las mujeres en México. Costó muchos años pero, a base de sentencias en los tribunales y lineamientos de las autoridades electorales, se han podido hacer realidad en la práctica. Son los partidos políticos, los que votan por unanimidad estos avances, los primeros que acuden a impugnar a las mujeres a los tribunales. Así que hay mucho camino que recorrer para que las leyes de avanzada permeen en la sociedad patriarcal y machista de México. En donde aún no se asimila que las mujeres podemos y queremos ocupar espacios de poder para empujar nuestra agenda.
Que sea este 8M un día de reflexionar en que lo personal es político y que todas somos sujetas políticas que, si bien no ejercemos o no queremos ejercer el poder, debemos acompañar a las valientes que disputan esos espacios para nuestro bienestar porque, si algo tenemos claro, es que la agenda feminista no será impulsada por los hombres.
[2] En ese entonces México tenía alrededor de 50 millones de personas usuarias de Facebook.
[3] https://twitter.com/bordepolitico/status/918149411552636928
