Los acuerdos entre la Unión Europea (UE) y América Latina se han desarrollado desde los años noventa en etapas económicas dispares por diversos motivos. Los primeros, como el Acuerdo con Chile o el Acuerdo con México, se produjeron en circunstancias económicas de crecimiento en la UE, con una estabilidad política mundial en aumento desde el final de la Guerra Fría, y con Estados Unidos como principal competidor comercial. Sin embargo, desde finales de la década de 2000, las sucesivas crisis económicas creadas por la crisis financiera, la del euro, el ascenso del euroescepticismo, la pandemia, la vuelta al proteccionismo y la consolidación de China a escala internacional.
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