Este artículo plantea una reflexión sobre el auge contemporáneo de formaciones y movimientos políticos antidemocráticos, poniendo el foco sobre la sensación de inestabilidad y malestar que les sirve como clima político de fondo.
Una reafirmación democrática, sostiene el artículo, no vendrá inspirada por el miedo ni por la simple reafirmación de lo existente, sino que requiere abordar las causas profundas de esa inestabilidad percibida: la desigualdad, la precariedad y la vulnerabilidad eco-social que caracterizan las sociedades contemporáneas.
En consonancia, se presenta una serie de consideraciones relativas a la conformación de un nuevo imaginario democrático por medio de la recuperación, la adaptación y el refuerzo de la idea de bienestar que sirvió como horizonte ideológico a los movimientos progresistas del siglo XX.