América Latina experimenta uno de los momentos más complejos de su historia reciente en términos de descontento y desafección ciudadana hacia la democracia. En relación con ello, varios de sus países han visto aumentar los índices de violencia y homicidios, y hay mayor presencia del crimen organizado, con hechos de violencia sin precedentes.
Sin posibilidad de dar respuesta a corto o medio plazo a los problemas estructurales de desigualdad y debilidad institucional, preocupa que líderes, partidos políticos y gobiernos recurran a políticas “de mano dura”, con discursos y prácticas punitivistas, caracterizadas por la espectacularidad, que tienen un fuerte impacto mediático, encuentran altos índices de aprobación de la ciudanía y generan fáciles réditos electorales.
Este análisis revisa la correlación entre la inseguridad ciudadana, la insatisfacción de la ciudadanía latinoamericana con el funcionamiento de la democracia, y el apoyo a esta forma de gobierno. Como principal reflexión se concluye que solo el abordaje multisectorial y multidisciplinar permitirá la identificación y el diseño de políticas de seguridad democráticas enmarcadas en el Estado de derecho, sin las que no es posible pensar en la renovación del contrato social en América Latina.