El próximo año celebraremos el 30⁰ aniversario de la Conferencia de Bejiing y será una excelente oportunidad para analizar con cautela los avances que hemos logrado en materia de igualdad de género y encarar con más fuerza que nunca los retos que nos esperan.
Los datos que miden la igualdad real entre mujeres y hombres reflejan con claridad muchas de las brechas todavía existentes, por no mencionar el surgimiento de ciertos movimientos negacionistas que considerábamos superados, y que suponen una verdadera amenaza a los derechos que tanto esfuerzo nos ha costado conquistar a lo largo de estas últimas décadas.
Con este complejo panorama de fondo, España ha logrado en pocos años convertirse en un referente a nivel internacional, tanto por sus propuestas normativas como por sus políticas públicas en ámbitos claves como la lucha contra la violencia de género (Ley de garantía integral de la libertad sexual), la igualdad en el ámbito laboral (subida del SMI e instrumentos para garantizar una igualdad retributiva), las políticas de conciliación corresponsable (ampliación e igualación de permisos parentales) o la igualdad de oportunidades (Ley de representación igualitaria y presencia equilibrada en la política, la administración y las empresas).
Este compromiso que hemos demostrado en las políticas nacionales con la promoción de la igualdad y los derechos de las mujeres tenía, por coherencia con estos principios, que desplegarse igualmente en la acción exterior en todos los ámbitos y con todos los instrumentos posibles (multilaterales, UE, relaciones bilaterales y regionales, cooperación para el desarrollo y acción humanitaria). Y, precisamente con este propósito, de la mano de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), España adoptó en el 2021 una Política Exterior Feminista (2021), como también han hecho México (2020) y Chile (2023) en la región latinoamericana.
Desde la Secretaria de Estado de Igualdad y para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres estamos convencidas de que, para lograr la igualdad efectiva, es condición sine qua non potenciar la autonomía de las mujeres. Y, a este respecto, uno de los instrumentos más eficaces ha sido el desarrollo de políticas públicas de cuidados que permitan compensar las diversas penalizaciones y renuncias (personales, laborales, de salud, etc.) que sufren las mujeres por el mero hecho de serlo.
Fruto de este compromiso, desde el Ministerio de Igualdad, nace el Plan Corresponsables. Un plan que, en tan sólo tres años de implementación (2021/2023), ha logrado sentar los cimientos de una política pública para mejorar la conciliación y la corresponsabilidad en las familias con niñas, niños y jóvenes de hasta 16 años de edad, desde una perspectiva de igualdad.
Pero, como señalaba antes, España ha impulsado esta política pública también en el exterior. Así, cabe destacar nuestra participación en la Alianza Global por los Cuidados, iniciativa surgida del Foro Generación Igualdad (2021) e impulsada por México y ONU Mujeres, para poner en marchar la primera comunidad global facilitadora de espacios de diálogo, análisis, intercambio de experiencias y aprendizajes sobre los cuidados, así como de su reconocimiento social y laboral.
A nivel regional, conviene resaltar también los esfuerzos para lograr un Pacto Birregional por los Cuidados entre América Latina y el Caribe y la Unión Europea. Huelga recordar que el Pacto empezó a circular durante el Foro de Igualdad de Género EU-LAC (2023), y, en ese Foro, tanto la Fundación EU-LAC, como los gobiernos de México, Argentina, Alemania y España fueron los principales impulsores de esta iniciativa.
Sobre la colaboración birregional, sobra decir que resulta decisiva la ayuda mutua que podamos brindarnos. Y no solo económica. Así, por ejemplo, algunos países como Uruguay o Suecia, por mencionar uno de cada región, son claros líderes en Sistema Integrales de Cuidado, con una dilatada experiencia y probados modelos de gobernanza, y de los cuales los países de ambas regiones podríamos extraer valiosas enseñanzas.
Estos ejemplos sirven para evidenciar la prioridad que ha puesto España en esta agenda. Agenda que continuaremos apoyando al amparo de la Estrategia Europea de Cuidados (2022) y el Compromiso de Buenos Aires (2022), este último surgido de la XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, dedicada nada casualmente a las sociedades del cuidado.
Los países progresistas tenemos que seguir ensanchando los derechos y allanando el terreno al ya denominado cuarto pilar de los sistemas de bienestar: los cuidados. No hay democracia sin igualdad entre hombres y mujeres, y no es posible concebir el futuro de las democracias desde la desigualdad. Es cuestión de justicia y de derechos humanos, y estoy convencida de que España seguirá impulsando políticas a favor de la igualdad.