Los Encuentros Empresariales Iberoamericanos se han consolidado como una de las plataformas de integración regional más importantes, al reunir cada dos años a líderes empresariales, instituciones y organismos internacionales para un diálogo público-privado sobre los retos más apremiantes de la región.
Desde 2016, el Encuentro Empresarial Iberoamericano forma parte del programa oficial de las Cumbres Iberoamericanas de jefes/as de Estado y de Gobierno. Su organización recae en el Consejo de Empresarios Iberoamericanos (CEIB), la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y la organización empresarial encargada de la Secretaría Pro Tempore. En la última edición, celebrada en Cuenca, Ecuador, esta responsabilidad fue asumida por la Federación Nacional de Cámaras de Industrias del Ecuador (FNCIE).
El evento contó con la participación de las 25 organizaciones empresariales miembro de CEIB, que también integran la Organización Internacional de Empleadores (OIE). Estas organizaciones representan a los 21 países que conforman el Espacio Empresarial Iberoamericano: 15 en América Latina y el Caribe, además de Andorra, España y Portugal en la Península Ibérica.
¿Qué es el Encuentro Empresarial Iberoamericano?
El Encuentro Empresarial Iberoamericano no es solo un evento aislado, sino la culminación del trabajo continuo que los líderes del sector privado desarrollan entre cumbres. Desde el Espacio Empresarial Iberoamericano se impulsan diversas líneas estratégicas en las que la comunidad iberoamericana une fuerzas para promover un desarrollo económico inclusivo, capaz de generar crecimiento y oportunidades para todos.
Una de las características más destacadas del evento es su clausura, que incluye un conversatorio donde los líderes empresariales pueden trasladar su punto de vista a los jefes de Estado y de Gobierno iberoamericanos. Este espacio permite compartir diagnósticos sobre la situación de la región y presentar propuestas concretas. En la edición de Cuenca se entregó un “Compromiso Iberoamericano por la Empleabilidad Juvenil” (1), un documento de diez puntos firmado por las 25 organizaciones empresariales de CEIB y la OIE.
En palabras de Andrés Allamand, secretario general iberoamericano: “Sin empresarios no hay crecimiento; sin inversión, el crecimiento es una utopía; sin innovación, el crecimiento no despega; y sin inclusión, el crecimiento solo existe para unos pocos” (2). Con esta premisa, el Espacio Empresarial Iberoamericano trabaja en áreas clave como las MiPymes, el turismo sostenible, la empleabilidad juvenil y la innovación abierta. Estas líneas permiten traducir los compromisos de las cumbres en acciones concretas y continuar desarrollando propuestas en los diversos foros iberoamericanos.
El sector privado está llamado a liderar las transformaciones necesarias para que las sociedades iberoamericanas alcancen niveles de crecimiento que cierren la brecha de desarrollo y mejoren el bienestar de sus poblaciones. Sin embargo, este objetivo no será posible sin un avance en la integración regional, algo que a menudo se ve obstaculizado por la fragmentación política.
La empresa privada no es solo el motor económico de nuestras sociedades, también es una institución que genera estabilidad tanto social como política. Las empresas generan industrias y complejas cadenas de valor que a menudo trascienden las fronteras nacionales y que son capaces de generar interdependencias e intereses compartidos. También contribuyen a aumentar la confianza a través del comercio, incluso en situaciones de incertidumbre política.
La integración regional en América Latina ha experimentado ciclos diversos, marcados por los cambios de gobierno y la llamada diplomacia presidencial (3). Más que un proceso constante de integración, se han configurado bloques ideológicos que dificultan el avance cuando los gobiernos cambian.
¿Cómo contribuye el Encuentro Empresarial Iberoamericano a la integración regional?
En este contexto, los Encuentros Empresariales Iberoamericanos, celebrados de forma bianual, desempeñan un papel clave para avanzar hacia una Iberoamérica más unida e integrada. Estos eventos fortalecen alianzas y redes que actúan como amortiguadores frente a los altibajos en las relaciones entre Estados. Por ejemplo, la reciente crisis diplomática entre México y Ecuador no impidió que organizaciones empresariales mexicanas asistieran al Encuentro en Ecuador, demostrando que los lazos empresariales pueden superar las tensiones políticas.
La región enfrenta desafíos significativos, como mejorar la empleabilidad juvenil (4), fomentar la inclusión de las mujeres, aumentar el trabajo formal, mejorar infraestructuras, avanzar en la digitalización y garantizar la seguridad ciudadana.
Las organizaciones empresariales, como representantes del sector privado, tienen un papel crucial en este proceso. Los Encuentros Empresariales Iberoamericanos continúan siendo una herramienta eficaz para fomentar la integración regional. Este evento, que cada dos años reúne a gobiernos y empresarios, contribuye a construir una Iberoamérica más fuerte y resiliente, promoviendo la colaboración público-privada frente a desafíos comunes y alejándose de las polarizaciones que amenazan a las sociedades de la región.
Referencias
(1) Consejo de Empresarios Iberoamericanos (CEIB) (2024): Compromiso Iberoamericano por la Empleabilidad Juvenil. Cuenca, Ecuador (noviembre).
(2) Discurso de Andrés Allamand en la inauguración del XV Encuentro Empresarial Iberoamericano
(3) Malamud, C. (2015): “Integración y cooperación regional en América Latina: diagnóstico y propuestas”, Documento de trabajo 15/2015, Real Instituto Elcano.
(4) Consejo de Empresarios Iberoamericanos (CEIB), Federación Iberoamericana de Jóvenes Empresarios (FIJE), Conecta Iberoamérica, & Instituto de Estudios Económicos (IEE) (2024): Objetivo Empleabilidad (noviembre).