El sistema internacional se encuentra en un momento histórico de cambio y reacomodación. La tendencia global parece mostrar que el futuro cercano estará marcado por la confrontación de grandes potencias, aun conectadas a través de una compleja red de vínculos comerciales, tecnológicos y sociales. A su vez, los demás actores, constituidos en grandes bloques regionales, buscarán consolidar su autonomía para actuar de forma independiente, según sus intereses particulares.
Ante ese panorama, y con las terribles consecuencias de la pandemia y de sus déficits estructurales, América Latina enfrenta grandes dificultades para encontrar su espacio en el nuevo orden.