Entre 2021 y 2022 se instalaron en varios países de América Latina gobiernos progresistas sumados a otros surgidos de elecciones previas. Ello induce a realizar comparaciones con la denominada “marea rosa” de principios de los años 2000, aún a sabiendas de las diferencias existentes con el contexto regional y global actual, y entre los propios gobiernos.
En ese marco, en este artículo se analizan algunas de las políticas públicas aplicadas para la igualdad de género por los gobiernos progresistas, su relación con los movimientos feministas y sus demandas, y los principales conflictos entre estos actores.
Se discute sobre los posibles avances o retrocesos en las conquistas en los derechos de las mujeres y disidencias, en esta etapa en la que los nuevos actores políticos, con sus alianzas con grupos religiosos y de la sociedad civil, parecen dispuestos a arremeter contra la agenda feminista.