Este análisis muestra los factores de vulnerabilidad de las mujeres ante el cambio climático, agudizada por la pandemia de la COVID-19. También propone algunos lineamientos para el seguimiento de los compromisos asumidos por los países iberoamericanos, motivando el debate y seguimiento a sus políticas públicas sobre cambio climático desde una perspectiva de género. La evidencia empírica muestra que las mujeres desarrollan acciones y estrategias para sobreponerse a situaciones adversas, y asumen el reto del cuidado de la salud a pesar de las inequidades, violencias e injusticias del sistema patriarcal. Es necesario mejorar los estándares y la evaluación de los resultados de las intervenciones, pero no basta con que integren un enfoque de género; además es indispensable que las medidas transformen las condiciones de vulnerabilidad. Para lograrlo, se requiere de la voluntad política de los Estados y del financiamiento de las intervenciones. No actuar sobre las condiciones sociopolíticas y culturales que generan mayor vulnerabilidad en las mujeres, y desarrollar planes neutros al género, constituiría una negligencia de los Estados y reforzaría las condiciones estructurales de exclusión patriarcal.
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