Las recientes elecciones en Paraguay, celebradas el pasado 30 de abril, dieron una vez más la victoria al Partido Colorado, que se ha mantenido en el poder, con un pequeño paréntesis, desde hace más de siete décadas. El nuevo presidente, Santiago Peña, es un protegido del exmandatario Horacio Cartes, sancionado por Estados Unidos por considerarlo “significativamente corrupto”.
Las sanciones estadounidenses, que atrincheraron a los colorados en un discurso nacionalista, se sumaron, durante la campaña, a cuestiones geo-políticas como las relaciones con Taiwán o el cambio de embajada de Tel Aviv a Jerusalén, además de definiciones sobre el Mercosur o las relaciones con Venezuela.