El proyecto de investigación “Mujeres STEM: Motivaciones de las niñas chilenas de Educación Secundaria para escoger áreas de profundización relacionadas con las disciplinas STEM”[1] nace de una curiosidad personal como estudiante de grado en licenciatura en matemáticas y, posteriormente, como profesora de Educación Secundaria.
En mis años de ejercicio profesional he visto cómo las estudiantes se alejan de la matemática, la física y la tecnología a pesar de los esfuerzos que realizaban los equipos docentes para promover matrículas femeninas en áreas electivas. Dentro de mi formación universitaria, también viví las dificultades de encontrar referentes femeninos y de compartir mi trayectoria de formación con otras mujeres por la baja matrícula en mi carrera.
En las últimas décadas se destacan avances importantes en el mundo en los derechos de las mujeres que implican mayor escolarización, un menor número de niñas obligadas a casarse y el fomento de leyes para lograr la igualdad de género (Naciones Unidad, n.d). Sin embargo, aún hay muchos desafíos, entre ellos los que se plantean en la Agenda 2030, en concreto los Objetivos de Desarrollo Sostenible 4 y 5, que proponen lograr una educación de calidad, alcanzar la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y las niñas.
De manera paralela, el mundo de la economía y del desarrollo sostenible han puesto su atención y recursos en motivar el ingreso a las disciplinas STEM, debido a la competencia económica internacional y el desarrollo de los países, en concordancia con el progreso tecnológico y de las ciencias. Estas competencias se desarrollan desde los procesos de escolarización, por lo que requiere implicar a diferentes actores como el profesorado, la dirección de las escuelas y los diferentes ministerios asociados.
Ahora bien, la realidad es que además de una baja matrícula STEM, también existe una brecha de género que repercute, en última instancia, en la baja participación femenina en el desarrollo y los puestos de liderazgo en estas profesiones. Esta problemática es abordada en las etapas de educación superior, pero hay poca evidencia de lo que sucede en los años de escolarización primaria y secundaria,
En este sentido, decidí comenzar una investigación para conocer y comprender dónde y por qué comienza el acercamiento de las niñas por las áreas STEM, para poder generar políticas públicas que ayuden a enfrentar los nuevos desafíos y trazar el rumbo para una sociedad más igualitaria, poniendo atención en la educación Secundaria.
Chile demuestra avances importantes en sus cifras de matriculas en los últimos años evidenciando que no existe una brecha de género en el ingreso en ninguno de los niveles educativos. Sin embargo, sí existe una brecha de género en los resultados de las pruebas internacionales y nacionales en las áreas de ciencias y matemáticas. Al respecto Mizala (2018) advierte que, incluso si no se diferencian significativamente los resultados en Primaria, “(…) en los cursos finales de la educación básica ya se aprecian brechas, las que tienden a agudizarse con el tiempo y perjudican a las mujeres” (2018: 127).
Con base en todos estos antecedentes, realicé un estudio piloto como primera aproximación a mi tesis doctoral en esta temática, con el fin de determinar las razones que tienen las adolescentes para optar por ciencia o matemáticas, identificando sus motivaciones, los estereotipos de género asociados a las disciplinas o a sus propias capacidades para ingresar a estas profesiones, además de los apoyos con los que cuentan y las experiencias que propician su involucramiento.
Los resultados de la investigación permitieron pilotear un cuestionario que abordaba estas dimensiones que, sin intención de generalización, logra identificar algunos factores importantes, como por ejemplo: las niñas presentan una alta motivación por el cuidado y la ayuda a los otros, por lo que la aplicación de las áreas STEM debe tener un componente que considere los alcances de estas disciplinas para el cuidado de las personas; además, las asignaturas asociadas a STEM son altamente teóricas, con poca aplicabilidad en la cotidianidad, elemento importante desde el punto de vista motivacional; también se evidencia la necesidad de referentes femeninos, de sus trayectorias y aportes a estas áreas.
Creo importante atender a las motivaciones y necesidades de las mujeres en el desarrollo de los planes y programas educacionales en las aplicaciones de las STEM, pues permitirán dar cuenta del alcance y lo importante que es la mirada femenina y de las potencialidades del género. De esta manera, las mujeres podrán aplicar y acceder a las profesiones que quieran, conociendo la proyección que tienen cada una de ellas.
Referencias:
Mizala-Salces, A. (2018): “Género, Cultura y Desempeño en Matemáticas”, Revista Anales, 14(7), pp. 127-150. Disponible en: https://doi.org/10.5354/0717-8883.2018.51143
Naciones Unidas. (s.f): Objetivo 5: Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas, Objetivos de Desarrollo Sostenible. Disponible en: https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/gender-equality/
[1] STEM: Sigla que en inglés significa Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas.