El presente boletín completa un ciclo temporal y programático, antes de la pausa estival, que ha venido marcado por la irrupción de la pandemia. Han sido meses de excepcionalidad que nos han obligado a repensar y a adecuar nuestra acción de cooperación en plazos muy cortos, a innovar bajo la presión y la urgencia de acontecimientos inesperados y situaciones impensables hace apenas unas semanas. Tal como se describe con detalle en las siguientes páginas, el equipo de la Fundación Carolina ha estado atento a los nuevos e imprevistos retos que han alterado inevitablemente un plan anual de actuación diseñado para un contexto de normalidad, que preveía la celebración del XX aniversario de la institución.
En primer lugar, y de forma muy especial, la atención y apoyo a los becarios/as que se encontraban en España al inicio de la epidemia, para ayudarles a culminar sus estudios y a regresar a sus países de origen. Junto a ello, la preparación de la próxima convocatoria de becas, que estamos adaptando a los previsibles escenarios de salud pública y a las programaciones de las universidades, desde la defensa incansable, aun en momentos tan especiales, de la movilidad académica internacional como un instrumento insustituible de cooperación avanzada en marco del espacio iberoamericano de conocimiento.
La Fundación, como componente del sistema español de cooperación para el desarrollo, ha mantenido –e incluso reforzado en esta etapa- su papel de actor comprometido con la deliberación y el debate público, animando la reflexión y el diálogo digital en torno a aquellos temas centrales que vinculan la crisis epidémica con la situación política, económica y social en los países de América Latina. Y haciéndolo a través de la más amplia alianza con instituciones y responsables del mundo académico, asociativo y político. Esta crisis, no lo olvidemos, es también una oportunidad para aplicar estrategias de salida que asuman la vocación transformadora de la Agenda 2030 y avancen hacia modelos más sostenibles y equitativos (“pactos verdes”), la digitalización, o políticas públicas de nuevo cuño, más inclusivas y equitativas.
La Fundación ha avanzado también, en este periodo, en una de las líneas prioritarias promovidas en la nueva etapa: la publicación y difusión de pensamiento y reflexión analítica, no solo en torno a los temas de actualidad derivados del COVID-19, sino también en aquellos otros vinculados directamente a nuestra acción de trabajo: actualidad de las políticas de desarrollo y cooperación en el ámbito iberoamericano; políticas públicas en educación, con especial atención al nivel de la educación superior.
Hoy más que ayer, es importante contar con una narrativa robusta y convincente sobre la necesidad imperiosa de mantener activa la cooperación internacional, ante la naturaleza de “bien público internacional” de la salud pública (y de mal público internacional, como correlato, de esta pandemia). A partir de nuestros recursos y desde nuestras capacidades, reafirmamos nuestro compromiso activo con la cooperación.