El 4 y 5 de septiembre se ha celebrado en Cádiz una reunión informal del Consejo de Desarrollo de la UE, bajo la Presidencia española, con presencia del alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, del ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, y de la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Pilar Cancela.
En las palabras de apertura de la reunión el ministro Albares destacó la reforma de la política española de cooperación, a través de la nueva Ley de Cooperación para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global, aprobada este año, y su mandato para alcanzar el 0,7% de la renta nacional bruta como ayuda oficial al desarrollo (AOD).
Por su parte, Borrell explicó que el objetivo fundamental de esa reunión fue “relanzar el trabajo de cara a los acontecimientos que van a tener lugar en las Naciones Unidas a finales de mes: la próxima Cumbre de los ODS, un gran encuentro para impulsar los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.
La secretaria de Estado, Pilar Cancela, destacó que “dentro de la triple transición, es imprescindible la pata social, ya que, si no existe ese soporte, entonces la transición dejará de ser justa, y esa es precisamente una de las identidades de la Unión Europea: el concepto de solidaridad y de cohesión social”.
La Presidencia española del Consejo de la UE impulsa el debate en torno a la “triple transición” (social, verde y digital), con especial énfasis en la social, que aporta la base para que cualquier transformación sea sostenible, inclusiva y justa.
Además de desarrollar un gran número de actividades de reflexión, análisis y debate sobre las relaciones entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe, La Fundación Carolina lleva tiempo haciendo hincapié en la importancia de la “triple transición” como eje de las políticas de desarrollo frente a desafíos globales, como la emergencia climática, que comparten tanto América Latina como la Unión Europea. Ello implica una triple transición social, ecológica y digital, que además debe ser justa. Esa actividad se refleja en el amplio número de publicaciones relacionadas con el tema, en la celebración de seminarios en los que se reflexionó en torno a ello, y en las becas de la Fundación, que destacan el papel crucial de la ciencia, la tecnología y el conocimiento para el progreso humano, como aspiración colectiva para que cada persona pueda desarrollar plenamente su potencial en un entorno social adecuado y en un planeta que ha de ser preservado para las generaciones presentes y futuras.