Punto de vista

El financiamiento para el desarrollo desde una perspectiva de género

El financiamiento para el desarrollo desde una perspectiva de género

Luego de treinta años de la Cuarta Conferencia de la Mujer en Beijing y de su Plataforma de Acción, nos preguntamos si la condición y los derechos de las mujeres ha mejorado. La respuesta es sí y no. Sí, hay más niñas en las escuelas y en las universidades, la salud materna ha mejorado, hay importantes avances en materia legal, normativa y de políticas públicas. Sin embargo, hemos tenido estancamientos y retrocesos, de 158 países que reportaron sobre la implementación de los compromisos de Beijing, uno de cada cinco reconoce un retroceso en derechos y marco normativos.  De hecho, estamos a tan solo cinco años de alcanzar la fecha límite para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, cuyas metas están fuera de alcance. El mundo enfrenta una última oportunidad para desbloquear la financiación con la velocidad y escala necesarias para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El panorama actual del financiamiento para el desarrollo está marcado por grandes transformaciones. Vemos un debilitamiento de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), una reducción del financiamiento concesional, y países atrapados en una profunda crisis de su deuda externa. Actualmente, cientos de millones de personas viven en países que destinan más recursos al pago de intereses de deuda que a la salud, la educación, o la acción climática.[1] A la vez, las voces de los países en desarrollo siguen estando subrepresentadas en la toma de decisiones del sistema económico global. Desafíos cada vez más marcados como el cambio climático y los recientes retrocesos en los derechos de las mujeres, demuestran la urgente necesidad de encontrar nuevas formas de financiar el desarrollo de manera efectiva, ambiciosa y justa. 

En este contexto crecen los llamados para la reforma de la arquitectura financiera global para garantizar representación, equidad y eficiencia. Existe un claro mandato para hacer en el Pacto del Futuro aprobado por consenso en la Cumbre del Futuro de la ONU en septiembre del año pasado. La tarea de construir una nueva arquitectura financiera internacional no es menor. Pasa por la transformación de instituciones existentes, la creación de otras nuevas o incluso el desmantelamiento de las instituciones que ya no cumplen su propósito. En este sentido, los objetivos planteados dentro del marco del financiamiento para el desarrollo – como el alivio de deuda, la cooperación fiscal, la AOD, la reducción del coste del capital o el combate a los flujos financieros ilícitos – debe ir acompañado de consideraciones acerca del diseño de la gobernanza y los mecanismos que permitan su cumplimiento efectivo. En este proceso, el papel de la ONU será primordial, ya que sigue siendo la plataforma multilateral, intergubernamental más apta  para reformar la arquitectura financiera internacional de forma efectiva. Esto por supuesto no excluye el rol de las instancias de cooperación y financiación regionales.

Uno de los aspectos claves que se debe considerar cuando pensamos en la financiación del desarrollo es la inversión en las mujeres. Para ello, es fundamental llevar a cabo análisis de impacto que permitan conocer los efectos de las reformas fiscales y las iniciativas de desarrollo sobre las mujeres y la igualdad de género. Asimismo, es necesario ampliar el acceso de las mujeres a los servicios financieros para garantizar que los sistemas financieros sean verdaderamente inclusivos y más eficaces. Esto requiere, además, acciones concretas para cerrar la brecha digital de género e impulsar inversiones en empresas lideradas por mujeres.

El financiamiento para el desarrollo desde una perspectiva de género también incluye esfuerzos para eliminar las diferencias salariales entre hombres y mujeres y abordar la división sexual del trabajo. Para esto, es fundamental revalorizar, profesionalizar y desfeminizar  el trabajo de cuidados, así como implementar políticas que promuevan su distribución equitativa.

Un aspecto crucial que debe reconocer y abordar, es la relación entre las mujeres y el cambio climático. Las mujeres y niñas se ven afectadas de manera desproporcionada por la crisis climática, y la financiación para el desarrollo debe responder a esta realidad. Sin embargo, las mujeres aún enfrentan barreras importantes para acceder a los recursos necesarios para mitigar estos impactos. En el 2022, solo el 3% de la ayuda oficial al desarrollo contra el cambio climático tenía objetivos relacionados con el género.[2] La financiación climática debe llegar a aquellas personas que más la necesitan. Por lo tanto, es indispensable impulsar iniciativas de mitigación y adaptación lideradas por mujeres y promover la elaboración de presupuestos con un enfoque de género dentro de la financiación para el clima.

Finalmente, se debe reforzar la necesidad de  recopilar datos desglosados por sexo en todos los compromisos financieros, incluyendo la financiación climática, el alivio de la deuda y la ayuda al desarrollo. Esto permitirá un monitoreo más preciso de los flujos financieros y facilitará la evaluación del cumplimento de los compromisos asumidos. Para lograr todo lo anterior es indispensable fomentar la representación y el liderazgo de las mujeres en los procesos de toma de decisiones. Las mujeres representan la mitad de la población mundial, y su participación igualitaria asegurará la inclusión de sus perspectivas, prioridades y necesidades en las políticas de desarrollo. La Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo, que se celebrará en Sevilla, España este junio, presenta una oportunidad única  para construir un modelo renovado de financiación sostenible que responda a los desafíos actuales de los países en desarrollo. Una financiación para el desarrollo que reconozca el rol transformador de las mujeres en la economía, la sostenibilidad, la ciencia, la política y en todos los ámbitos de la vida, es la única vía para cerrar las brechas en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los compromisos climáticos y el desarrollo.


[1] “3300 millones de personas viven en países que gastan más en intereses de deuda que en salud o educación”, Noticias ONU, 17 de marzo del2025. (disponible aquí)

[2] “UN Women calls for increased gender-focused climate finance at COP29”, ONU Mujeres, comunicado de prensa del 21 de Noviembre del 2024 (disponible aquí)

María Fernanda Espinosa
Expresidenta de la Asamblea General de las Naciones Unidas

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