Punto de vista

El Plan Director de la reforma de la Cooperación Española

El Plan Director de la reforma de la Cooperación Española

El primer Plan Director que emana de la Ley 1/2023 de Cooperación para el Desarrollo sostenible y la Solidaridad Global se ha concebido para la paz, la democracia, la vida digna y el trabajo decente.

Para ello, nos hemos marcado el objetivo de renovar nuestro sistema de cooperación, articulando a los diferentes actores alrededor de retos compartidos y respetando la idiosincrasia de cada uno de ellos para acelerar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Y lo haremos fortaleciendo nuestra cooperación con las instituciones públicas de los países socios y reforzando el papel de sus sociedades civiles.

Hace un año y medio aprobamos una nueva Ley de Cooperación, la primera tras 25 años, resultado del trabajo con todos los actores y cuya elaboración permitió tejer amplios consensos sociales y políticos. No en vano, las Cortes Generales brindaron su apoyo a esta Ley con un amplio respaldo. Sólo aquellos que no creen en la Agenda 2030 decidieron quedarse fuera.

Con el mandato de las Cortes y el consenso de la sociedad española, hemos iniciado una serie de cambios para lograr una cooperación española más eficaz, más ágil y más transparente.

Comenzamos con el estatuto del cooperante, tan necesario como justo; y ubicamos en el centro de la reforma a la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), como piedra angular de un sistema plural y diverso.

La reforma de los órganos de coordinación y consulta es un objetivo de la Ley y, por extensión, del Plan Director. En primer lugar, la creación del nuevo Consejo Superior de Cooperación para el Desarrollo Sostenible, que tomará el relevo del excelente trabajo que ha realizado el Consejo de Cooperación durante las últimas dos décadas.

En segundo lugar, la Conferencia Sectorial de Cooperación para el Desarrollo Sostenible será el espacio de trabajo con las Comunidades Autónomas, también con presencia de los entes locales. Funcionará desde una gobernanza compartida y tendrá una importancia fundamental para lograr que el 0,7% de la renta nacional bruta se destine a la ayuda oficial al desarrollo en 2030.

En tercer lugar, la nueva Conferencia Interministerial está llamada a tener un papel clave en la coordinación del Gobierno en materia de cooperación para el desarrollo sostenible y el principio de coherencia de políticas.

Esta transformación continuará con la reforma de la cooperación financiera mediante la creación del Fondo Español de Desarrollo Sostenible (FEDES) y la adaptación de la normativa de subvenciones. La eficacia, transparencia y rendición de cuentas se fortalecerá con la creación de una Oficina de Evaluación de la Cooperación Española (OECE).

Y en pleno proceso de renovación, afianzamos las alianzas con los actores de la cooperación española que ya fueron protagonistas en la construcción del Plan Director.

Las organizaciones no gubernamentales para el desarrollo (ONGD) como gran activo de nuestro sistema, asegurando la continuidad de nuestro compromiso a través de un marco de colaboración cada vez más operativo.

Los agentes sociales, sindicatos y patronales, capaces de exportar nuestro contrato social a los países socios.

Las universidades y los centros de investigación, como espacios privilegiados para la innovación y la vanguardia que incorpora este Plan Director.

Y el ecosistema de la cooperación descentralizada, con su acento y experiencia desde lo local y lo territorial. A mediados de octubre realicé un viaje de cooperación a Mauritania y Senegal en el que pude comprobar su impacto positivo en el terreno, que nos motiva a mejorar nuestra complementariedad. La localización de los ODS nos marca el camino de cómo hacerlo.

A esta senda del cambio se suman la Fundación Carolina a punto de cumplir 25 años de cooperación en educación superior, y la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP), desde su proceso de renovación y planificación estratégica.

Por último, quisiera destacar el gran reto que supone la celebración en Sevilla de la IV Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo a mediados de 2025, que refuerza el papel de España como un actor internacional de la cooperación en el mundo.

En un momento donde la democracia se está cuestionando, hay quienes nos llaman ingenuos por promover el cambio social; sin embargo, somos muchos, estamos articulados y están fundamentados nuestros objetivos.

Como escribió Cervantes a Don Quijote para su mente soñadora e ingenua: “Como no estás experimentado en las cosas del mundo, todas las cosas que tienen algo de dificultad te parecen imposibles. Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades”.

Eva Granados Galiano
Secretaria de Estado de Cooperación Internacional

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