El pasado lunes, 18 de septiembre, tuvo lugar la celebración del seminario “América Latina-UE: la agenda política”, organizado por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), con objeto de analizar la situación política, los avances, los desafíos y el futuro de la relación entre las dos regiones, en el marco del ciclo de encuentros que lleva por título “Educación Superior, conocimiento y ciencia en español en la agenda de Cooperación UE-ALC”.
El encuentro fue presentado y moderado por Erika Rodríguez, socióloga profesora de la Universidad Complutense de Madrid, y contó con la participación de José Antonio Sanahuja, catedrático de relaciones internacionales de la Universidad Complutense de Madrid y director de la Fundación Carolina; Flavia Freidenberg, Politóloga, profesora e investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (IIJUNAM), y fundadora y coordinadora de la Red de Politólogas #NoSinMujeres, Beatriz Llanos, coordinadora técnica regional de ATENEA, proyecto de PNUD, ONU Mujeres e IDEA Internacional; Óscar Guinea, economista senior de ECIPE (European Centre for Political Economy).
El 2023 ha estado marcado por dos citas vitales para América Latina, la Cumbre Iberoamericana y la Cumbre Unión Europea-CELAC. Ambas han supuesto un nuevo punto de partida en la relación birregional, determinada por los desafíos internos de las regiones, así como por la reconfiguración del espacio geopolítico internacional que llama a priorizar el potencial de los regionalismos y a buscar socios estratégicos.
Durante su intervención, José Antonio Sanahuja llamó la atención sobre la urgencia de recuperar la credibilidad de los sistemas políticos democráticos a nivel global, lo cual exige, en su opinión, abordar las transformaciones socioeconómicas que nos demanda el presente, con especial atención a los derechos sociales y la realización de una triple transición –digital, socioeconómica y ecológica-: “la agenda (compartida UE – LATAM) de revitalización de la democracia y la agenda de desarrollo económico y social van de la mano, y pasan por abordar una triple transición”.
Interpelado acerca de la relevancia de la educación y, en concreto, sobre la educación superior para afrontar el desafío de la revitalización de las democracias, J. A. Sanahuja declaró que “…es fundamental como componente clave del contrato social: si se garantiza la igualdad de oportunidades, es una vía para promover la movilidad social ascendente”. En este sentido, señaló cuatro desafíos que tiene ante sí la educación superior para continuar cumpliendo esta labor: la necesidad de mejorar la accesibilidad a los sistemas universitarios para toda la ciudadanía; aumentar la calidad de la enseñanza superior, hacia la excelencia en todas las disciplinas; adaptar los currícula a las demandas que plantea la triple transición, generando perfiles profesionales y empleabilidad necesaria; y reforzar el vínculo entre la universidad, los sistemas nacionales de investigación e innovación, y la actividad productiva, a través del sector empresarial, que deben retroalimentarse para lograr con éxito estos retos de futuro.
Por último, recordó que el modelo de desarrollo que pone en juego la Agenda 2030, inaplazable dada la crisis climática, implica a todos los países. El esquema clásico Norte-Sur ya no es funcional, y el desarrollo es hoy una tarea universal, como plantea la Agenda 2030: “Nuestros patrones de producción y consumo son insostenibles y no se pueden extender a todo el planeta. Tienen que cambiar, Por esa razón, en Europa también somos países en desarrollo, y esta universalidad plantea un reto compartido. Tenemos desafíos comunes”.
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Fotografías: UNIR