En la mañana del jueves 18 de noviembre, la Fundación Carolina ha recibido la visita de la exministra coordinadora de la Política Económica de Ecuador, y actual profesora e investigadora de su Universidad Central, Katiuska King. La profesora King ha presentado ante el equipo del área de Estudios un panorama actualizado sobre la situación política, social y económica que vive su país.
La exposición se ha encuadrado en un momento de aguda incertidumbre y fuerte polarización, en el que, pese a los logros en términos de vacunación (alrededor de un 62% de la población está vacunada), la cierta recuperación del crecimiento (tras una caída en 2020 del 7,8% del PIB se está registrando un incremento entre el 2 y 3%) y al descenso de las protestas sociales, Ecuador sigue expuesto a un elevado riesgo-país, extensible a toda la región. Ello se debe, entre otros factores, a la situación de bloqueo político —puesto que el gobierno no cuenta con mayoría en el legislativo—, a un hiperpresidencialismo que pretende reducir la presencia del Estado, y a los eventuales efectos que pueda surtir el proyecto de reforma tributaria anunciado por el ejecutivo, en un contexto en el que el país debería contar con margen fiscal suficiente para adoptar las políticas públicas que el escenario pospademia requiere.
La profesora King ha resaltado algunos desafíos que afronta la economía ecuatoriana, en tanto altamente dependiente del petróleo y del impacto que, a corto y medio plazo, puede suponer la entrada de nuevos productos europeos en su mercado. Como contrapunto, según ha indicado, Ecuador cuenta con el gran potencial de ser un país megadiverso y con la ventaja de disponer tanto de soberanía energética como alimentaria. En clave financiera, la profesora King ha advertido sobre la necesidad de que el país evite el rompimiento de la cadena de pagos y la salida de capitales. Para ello, ha explicado, podrían activarse mecanismos de regulación macroprudencial condicionada, que doten de liquidez a la banca y refuercen el tejido empresarial, sin necesidad de acudir a medidas de “amnistía tributaria”. Esta propuesta por lo demás, se inserta en el modelo de Basilea III: el conjunto de medidas que el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea desarrolló en respuesta a la crisis financiera de 2007-2009 en aras de reforzar la regulación, la supervisión y la gestión del riesgo de los bancos.
Tras la presentación, se abrió un intercambio de pareceres e ideas en los que se abordaron cuestiones relativas a la acomodación de Ecuador a la “triple transición” —socioeconómica, digital y ecológica— que exigen los futuros modelos de desarrollo; al conflictivo estado del sistema carcelario del país, soliviantado por el “populismo punitivo”, y al reimpulso de la voz indígena en la agenda pública ecuatoriana.