Dentro de la oferta formativa de Fundación Carolina, elegí el Máster Interuniversitario en Restauración de Ecosistemas ya que me preocupa la situación socio-ambiental de Bolivia y el mundo. El bienestar de los seres humanos está ligado al funcionamiento óptimo de los ecosistemas, por lo tanto, si estos están degradados nuestro futuro se ve comprometido. Restaurar los ecosistemas implica mejorar la calidad de vida humana y ambiental a través de acciones que revierten/disminuyen la degradación que muchas veces se origina o incrementa debido al cambio climático.
La restauración se basa en teorías sobre las dinámicas de los ecosistemas y la interacción con la biodiversidad para recuperar la integridad ecológica. Lo interesante de la restauración es que une estos conocimientos y los traduce a algo tangible, permitiendo que la ciencia pueda evidenciarse y aplicarse fuera de un libro, laboratorio o aula y que además tome en cuenta la participación comunitaria para su desarrollo.
Es por eso que esta área de estudio se convierte en una herramienta muy útil para combatir el cambio climático. Su planificación y diseño surgen del conocimiento científico y su aplicación se da con el apoyo de la población. Es así como puede lograrse activismo ambiental basado en la ciencia, algo fundamental para contribuir al desarrollo sostenible. De hecho, varias acciones de activismo, realizadas por organizaciones o voluntarios como los scouts (movimiento al que pertenezco), que buscan reforestar zonas con especies nativas, limpiar áreas naturales o proteger especies endémicas se pueden considerar como pasos para restaurar ecosistemas.
Impulsar la restauración, el activismo y además desarrollar programas de educación ambiental puede dar lugar a que las autoridades, empresas, administraciones y el resto de la sociedad civil comprenda que el medio ambiente es un tema de suma importancia que no debe ser puesto en segunda plana. De igual manera, promover la participación y el liderazgo juvenil dentro de la toma de decisiones es fundamental, ya que es su futuro el que está en juego.
Comprender la importancia de la ciencia, el activismo y la juventud me ayudaron a encaminarme hacia la docencia e investigación, para elaborar y evaluar proyectos de restauración, trabajar por aumentar la resiliencia de los ecosistemas y comunidades de mi país y brindar una educación de calidad al compartir dichos conocimientos con futuros estudiantes.